domingo, 16 de octubre de 2011

Reflexión

Tulipanes

Venecia.... el camino de los enamorados

Doña vaca

Las posaderas del señor lagarto


Sola en el silencio

Las palabras del mar


Caminante no hay camino... se hace camino al andar

Tempestad en la mar


sábado, 15 de octubre de 2011

Atardeceres


Una casa.... millones de historias

Una casa que lleva a sus espaldas historias de años duros, donde escaseaba todo pero donde había una familia que como podía iba saliendo adelante; por esta escalera subian y bajaban los sueños de la niña que en ella habitaba.

BOSQUES OSCUROS


Bosques oscuros navegan en mi mente. Me distraen, me hechizan. Bosques que buscan un rocío al que acogerse, una primavera que les dé color y un otoño para después soltar con sus hojas cada lágrima, cada pena. Bosques oscuros que ya no lo son, ya  no me hechizan como antes, ahora me enamoran.

Para mi hermano.. mi gran tesoro


Aquella tarde  supe que mi vida cambiaría para siempre.  Me llamaba la atención aquella cosa tan pequeñita cubierto en finas y suaves mantas, que lo envolvían y le daban un misterio único, como si de un gran tesoro se tratase. Y sí, en cuanto lo vi supe que era eso, un tesoro, para mi hasta ahora el más grande. Su pequeña carita emanaba dulzura, paz y sosiego. Ya se veía venir que iba a ser una persona con temperamento erguido y corazón gigante.  Cuando me dejaron tocarlo por  primera vez, parecía que se iba  romper y sabía que aquel hermoso diamante recién esculpido tenía que cuidarlo y mucho. Sus manos dibujaban sueños y pasiones, sus piernas juegos sutiles y buenos andares, sus pies caminos que poco a poco tendría que ir forjando.  Todo él era único, mágico. Así que me dediqué a cuidarlo como mejor sabía y podía. Le daba el biberón, le cambiaba algún que otro pañal, y a pesar de que yo solo contaba con  tres años, lo trataba como un muñeco, como lo que era, un hermoso bebe. Con  el paso de los años ese bebe se fue convirtiendo en hombre y al igual que el buen vino, también él iba madurando.  Y sí, no me equivoqué, aquellas manos que años atrás dibujaban pasiones hoy lo  seguían haciendo. Se convirtió en un gran dibujante con  firma propia. Con pasiones infinitas y muy diversas; aquellas piernas le dieron días y días de juegos interminables,  y demás está decirlo de buenos andares por este camino tan difícil de pasar que es la vida.  Todavía  sigue manteniendo  aquella sonrisa ingenua con la que algún día me cautivó. Su voz ya de hombre me hace salir de mis peores pesadillas para encontrarme con él en mis mejores sueños. Él l me protege y hace sentir segura y sé que me quiere al igual que yo lo quiero y se lo demuestro de la mejor  forma que sé y me han enseñado.  Y tal  y como dije al principio es un tesoro al que hay que cuidar, como siglos atrás lo  hicieron los piratas al robar tesoros únicos para ellos.
Día tras día  agradezco por tenerlo a mi lado, a él, a mi hermano.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Nunca

Le encantaba pasarse las horas mirando al mar desde el patio de su casa. Lo tenía justo en frente. Allí divisaba a los pescadores cuando desde el alba soltaban el ancla y salían a buscar pescado para alimentar a la prole, también a las familias que iban y venían mientras jugaban con sus hijos en la arena haciendo castillos, que segundos después, serían destruidos por las olas que rompían en la orilla.  Pero nunca se imaginó que ella se convertiría muy pronto en protagonista de muchas de las  historias que surgían en la playa. Una mañana, alguien tocó a su puerta, era un marinero que llegaba en uno de esos enormes barcos, que pasaban días y días en la mar. Acudió hasta ahí porque necesitaba que alguien le dejase un teléfono para hacer una llamada de urgencia y como era la única casa que había a pie de playa pensó que le sacaría del apuro. Desde el primer momento que lo vio se enamoró de él, y él de ella. Ambas pieles tostadas por el sol se unían y formaban una danza de colores y olores marinos únicos.  Durante los meses que el pasó en tierra se veían todos los días, tomaban sol, se bañaban y las estrellas junto con las olas eran los únicos testigos de las noches de amor y pasión que  pasaban en aquel oscuro litoral. Pero una mañana, él no tocó a su puerta, no amaneció en su cama, no había rastro ninguno. Ella desesperada miró por su ventana y el enorme y majestuoso barco ya no estaba, su misión aquí, había terminado.  Fue entonces cuando rota de dolor, despecho y desamor, pensó en el destino de ambos y sintió que eran como barquitos de papel.

domingo, 9 de octubre de 2011

Aquella voz


Sonó el teléfono y era él. No tuve tiempo de reaccionar. Por fin después de 10 años volvía a escuchar su voz, aquella voz. No le había cambiado nada, seguía siendo fuerte y masculina debido a los abusos que continuaba haciendo del tabaco barato, y  aguda  a la vez. A veces carraspeaba su garganta para así evitar la ronquera.  Salí de mi hipnosis cuando él con una simple pregunta me dijo ¿eres tú? ¿Sigues ahí? Como  pude le conteste… pero ya era demasiado tarde, debido a mi tardanza, él colgó el teléfono pensando que se había equivocado de número. Entonces, comprendí que esa iba a ser la última vez que escucharía su voz.

mirada felina o mirada perdida ....

combinación perfecta.....


Casualidad o no.. pero ahí estaba

El tesoro de tener manos

Haciendo un recorrido por cada parte de nuestro cuerpo, diré que a una de ellas no la valoramos tanto como deberíamos, más bien no le prestamos la atención que merecen. Son nuestras manos. Recordando tiempos pasados, quiero hacer una mención especial a las manos de los bebés. Y que mejor ejemplo, que las manos de los niños de mi familia. Recuerdo las manitas de mi hermano recién nacido, gorditas muy gorditas en las que los deditos parecían pequeños buñuelos  unos pegados de otros. Quizás lo más curioso era que el dedo pulgar fue más gordo que lo demás y permanecía casi siempre dentro de su boca. Luego, con el paso de los años vino mi primo, con unas manos bastantes similares, arrugaditas y blanquitas. En fin todas las manos de bebés son preciosas, limpias y esperando a tener una historia que contar. Sin embargo, las manos más especiales que hay son las  de nuestros abuelos y personas mayores. Algunas arrugadas simulando unas pasas, otras con manchas y cansadas de el paso del tiempo, de los años que han pasado cocinando, cociendo, cuidando animales, criando hijos etc.… todos tenemos manos, pero creo que ninguna es igual a otra. Siempre hay una que destaca por sus enormes dedos, por su pequeñez o simplemente por las historias que dejaron marca sobre ellas y que permiten que nosotros podamos conocerlas un poco más, sabiendo las dificultades, penas y alegrías que tuvieron que haber pasado cuando empezaron siendo unas pequeñas y hermosas manos de bebé, al igual que las de mi hermano y mi primo.

                           

Noche de tormenta

En esta noche de tormenta necesito que me abraces, fuerte muy fuerte y sentir dentro de mí, en mi cuerpo el calor de tus brazos rudos y robustos.  Quiero que me abraces como nunca antes lo habías hecho, que un enorme estrepito suene dentro de mí, como si de un trueno se tratase, y sentirte, dentro muy dentro, solo te pido eso, en esta noche de tormenta quiero que seas mi humilde tejado para resguardarme del agua y el rayo que caen sobre mí, sobre nosotros.

Él


El es alto, fuerte, robusto, moreno, con piernas largas pero rígidas, inteligente, buen pensador, incrédulo, valiente, efusivo, cariñoso, salvaje y apasionado. Muchas veces parece serio pero cuando lo conoces ves que no es así. Otras  con una sola mirada que sale de sus enormes ojos y grandes pestañas, te dice todo, sin necesidad de palabras, aunque muchos no se den cuenta de ello. Ríe, y cuando lo hace emana dulzura, inocencia y a la vez picaría. Amigo de sus amigos y en muchas ocasiones de sus enemigos también. No le gusta ver a nadie llorar, y siempre intenta sacarle una sonrisa. Nervioso de nacimiento pero tranquilo en el hablar. Manejante de complejas máquinas, y desconocedor de palabras.  Jugador estratega y fugaz, competidor nato pero buen perdedor. Falto de paciencia pero atento cuando alguien lo necesita. No es enamorado de la vida, pero sí de su familia. Respetuoso con quien lo debe ser, y espabilado con su entorno. Corto de palabras pero grande en  pensamientos. Buen amante y buen trabajador.  Así es él, y quizás tiene mucho más, pero lo esencial es invisible para los ojos.