lunes, 14 de noviembre de 2011

DESTINO


Destino
Después de todo aquello decidió irse a su lugar favorito, a aquella pequeña cala junto al mar que le permitía por momentos e incluso horas evadirse del mundo. Estaba confusa, tenia cierto temor y los nervios se habían apoderado de ella como si de una plaga se tratase. Tenía solo 20 días para preparar todo aquello que se tenía que llevar, pero la gran pregunta era ¿que llevarse? Sabía que había cosas básicas que no podía dejar atrás, cosas esenciales como ropa o zapatos, pero entonces ¿dónde queda todo lo demás? O ¿es que acaso eso no contaba como equipaje? Todas esas preguntas le rondaban hora tras hora, minuto tras minuto por su cabeza y la atormentaban enormemente. Por primera vez su lugar de meditación no le estaba ayudando como ella esperaba. No quería dejar atrás aquellas cartas de amor que le habían escrito años antes, llenas de ilusión y de poesía. Tampoco podía desistir de aquellos álbunes llenos de fotografías de momentos inolvidables, viajes, amigos, familia, reuniones, en fin todo aquello que a ella le hacía feliz. Sabia también que no podía olvidar atrás su cuaderno de historias al fin y al cabo él le acompaña a todos lados hasta esperar que ella encontrara la historia perfecta para ser escrita en sus páginas. Por fin, se hacía realidad su idea y sueño de salir de aquí, pero en lo más profundo sabía que había algo con lo que no había contado y que era importante, debía dejar sitio para el fracaso la desilusión y un poco de mala suerte, al fin  y al cabo no todo en la vida era color de rosa. Así que sin más miramientos, echo la vista atrás se levantó y de un salto en seco se tiro al mar. Él le dio la respuesta que ella necesitaba y quería escuchar. Cuando salió de aquellas aguas llenas de sabiduría preparó la maleta y aunque parezca mentira consiguió sitio para todo e incluso para sus difusos pensamientos. Y así fue como comenzó otra aventura para narrar en su cuaderno.

martes, 1 de noviembre de 2011

El jardín de las horas


Tic tac tic tac, ese constante ruido de las agujas del reloj lo agobiaban enormemente, intentaba dormir y que su sueño fuese por encima de ese sonido pero era imposible. Las horas pasaban y no lograba conciliar el sueño. Harto de la situación que se le dibujaba todos los días decidió ir a leer, así de esta manera olvidaba esas  agujas y podría perderse en otro mundo; en el mundo de la fantasía. Y efectivamente lo consiguió.  Cada noche a eso de las 10 salía de la habitación y se iba al patio, ahí sentado en una tumbona cogía un libro y leía y leía hasta que ese gusanillo del sueño le entraba, lo embriagaba y lo hacía dormir plácidamente. En sus sueños veía a una hermosa mujer que envuelta en sabanas blancas le susurraba la odio. Era tan bella que parecía una mera ilusión y quizás eso es lo que el necesitaba ilusión para vivir, para afrontar sus miedos y oscuras pesadillas, sus fantasmas del pasado y sus amores prohibidos. Con el tiempo, siempre marcado por ese tictacteo, aprendió a vivir sin temores. Esa mujer que lo visitaba cada noche se convirtió en su ángel de la guarda, hasta que un día decidió llevárselo con ella y juntos se convertirían en unos simples espejismos de la mente, del jardín y de las horas.

El espejo

Dijo: mientras él permanezca en esta cama nada es posible. Ellos frustrados subieron las escaleras y en aquel espejo vieron reflejada la muerte.

En la estación!

Hace algo más de un año, mientras leía una revista en la estación del metro de la ciudad, vi a una pareja de perros que,  moviéndose al unísono, paseaban tranquilamente por allí.  Justo cuando pretendía tomarles una foto, se acercó un joven que mirándome con una suave sonrisa, se sentó a mi lado. Sentí nerviosismo y curiosidad, a un mismo tiempo, por eso no me fui del asiento y dije adiós a la foto.
No me había olvidado de esa cara y mucho menos de aquella sonrisa,hasta que, curiosamente, esta mañana lo vi de nuevo y en el mismo sitio. Aquello parecía algo irreal, resultaba que ese joven de sonrisa embriagadora se apareció allí a la misma hora y se sentó en la misma silla donde, hacía más de un año, me había cautivado con su mirada. No fue por causalidad,  lo entendí nada más verlo acercarse con aquellos dos perros, de caminar unísono, atados a una cuerda guiada por sus manos.  Hoy sí pude sacar la foto
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domingo, 16 de octubre de 2011

Reflexión

Tulipanes

Venecia.... el camino de los enamorados

Doña vaca

Las posaderas del señor lagarto


Sola en el silencio

Las palabras del mar


Caminante no hay camino... se hace camino al andar

Tempestad en la mar


sábado, 15 de octubre de 2011

Atardeceres


Una casa.... millones de historias

Una casa que lleva a sus espaldas historias de años duros, donde escaseaba todo pero donde había una familia que como podía iba saliendo adelante; por esta escalera subian y bajaban los sueños de la niña que en ella habitaba.

BOSQUES OSCUROS


Bosques oscuros navegan en mi mente. Me distraen, me hechizan. Bosques que buscan un rocío al que acogerse, una primavera que les dé color y un otoño para después soltar con sus hojas cada lágrima, cada pena. Bosques oscuros que ya no lo son, ya  no me hechizan como antes, ahora me enamoran.

Para mi hermano.. mi gran tesoro


Aquella tarde  supe que mi vida cambiaría para siempre.  Me llamaba la atención aquella cosa tan pequeñita cubierto en finas y suaves mantas, que lo envolvían y le daban un misterio único, como si de un gran tesoro se tratase. Y sí, en cuanto lo vi supe que era eso, un tesoro, para mi hasta ahora el más grande. Su pequeña carita emanaba dulzura, paz y sosiego. Ya se veía venir que iba a ser una persona con temperamento erguido y corazón gigante.  Cuando me dejaron tocarlo por  primera vez, parecía que se iba  romper y sabía que aquel hermoso diamante recién esculpido tenía que cuidarlo y mucho. Sus manos dibujaban sueños y pasiones, sus piernas juegos sutiles y buenos andares, sus pies caminos que poco a poco tendría que ir forjando.  Todo él era único, mágico. Así que me dediqué a cuidarlo como mejor sabía y podía. Le daba el biberón, le cambiaba algún que otro pañal, y a pesar de que yo solo contaba con  tres años, lo trataba como un muñeco, como lo que era, un hermoso bebe. Con  el paso de los años ese bebe se fue convirtiendo en hombre y al igual que el buen vino, también él iba madurando.  Y sí, no me equivoqué, aquellas manos que años atrás dibujaban pasiones hoy lo  seguían haciendo. Se convirtió en un gran dibujante con  firma propia. Con pasiones infinitas y muy diversas; aquellas piernas le dieron días y días de juegos interminables,  y demás está decirlo de buenos andares por este camino tan difícil de pasar que es la vida.  Todavía  sigue manteniendo  aquella sonrisa ingenua con la que algún día me cautivó. Su voz ya de hombre me hace salir de mis peores pesadillas para encontrarme con él en mis mejores sueños. Él l me protege y hace sentir segura y sé que me quiere al igual que yo lo quiero y se lo demuestro de la mejor  forma que sé y me han enseñado.  Y tal  y como dije al principio es un tesoro al que hay que cuidar, como siglos atrás lo  hicieron los piratas al robar tesoros únicos para ellos.
Día tras día  agradezco por tenerlo a mi lado, a él, a mi hermano.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Nunca

Le encantaba pasarse las horas mirando al mar desde el patio de su casa. Lo tenía justo en frente. Allí divisaba a los pescadores cuando desde el alba soltaban el ancla y salían a buscar pescado para alimentar a la prole, también a las familias que iban y venían mientras jugaban con sus hijos en la arena haciendo castillos, que segundos después, serían destruidos por las olas que rompían en la orilla.  Pero nunca se imaginó que ella se convertiría muy pronto en protagonista de muchas de las  historias que surgían en la playa. Una mañana, alguien tocó a su puerta, era un marinero que llegaba en uno de esos enormes barcos, que pasaban días y días en la mar. Acudió hasta ahí porque necesitaba que alguien le dejase un teléfono para hacer una llamada de urgencia y como era la única casa que había a pie de playa pensó que le sacaría del apuro. Desde el primer momento que lo vio se enamoró de él, y él de ella. Ambas pieles tostadas por el sol se unían y formaban una danza de colores y olores marinos únicos.  Durante los meses que el pasó en tierra se veían todos los días, tomaban sol, se bañaban y las estrellas junto con las olas eran los únicos testigos de las noches de amor y pasión que  pasaban en aquel oscuro litoral. Pero una mañana, él no tocó a su puerta, no amaneció en su cama, no había rastro ninguno. Ella desesperada miró por su ventana y el enorme y majestuoso barco ya no estaba, su misión aquí, había terminado.  Fue entonces cuando rota de dolor, despecho y desamor, pensó en el destino de ambos y sintió que eran como barquitos de papel.

domingo, 9 de octubre de 2011

Aquella voz


Sonó el teléfono y era él. No tuve tiempo de reaccionar. Por fin después de 10 años volvía a escuchar su voz, aquella voz. No le había cambiado nada, seguía siendo fuerte y masculina debido a los abusos que continuaba haciendo del tabaco barato, y  aguda  a la vez. A veces carraspeaba su garganta para así evitar la ronquera.  Salí de mi hipnosis cuando él con una simple pregunta me dijo ¿eres tú? ¿Sigues ahí? Como  pude le conteste… pero ya era demasiado tarde, debido a mi tardanza, él colgó el teléfono pensando que se había equivocado de número. Entonces, comprendí que esa iba a ser la última vez que escucharía su voz.

mirada felina o mirada perdida ....

combinación perfecta.....